Quien ama,
no se fija a quien ama;
tan sólo ama y todo lo apuesta,
y todo lo da sin que le importen las
consecuencias de su feliz o desgarrador
final.
Quien ama,
no escucha consejos,
es un instrumento ciego
del amor y sus misterios.
Quien ama,
hasta de su moral se olvida,
porque incrustado en su carne,
sus huesos y mente, no existe nada
ni nadie, salvo el objeto sobre el cual
gira su adoración que le embelesa, hechiza
y hasta le arrebata los suspiros de su existencia.
Nadie elige a quien amar;
el amor lanza su zarpazo ,
mengua tu voluntad,
mengua tu razón
y el poder elegir.
Nadie elige a quien amar;
el amor no te da el chance de pensar;
no te da otra opción que la de entregarte
en sus brazos sin poder condicionarle
a que te acaricie o te destruya.
no se fija a quien ama;
tan sólo ama y todo lo apuesta,
y todo lo da sin que le importen las
consecuencias de su feliz o desgarrador
final.
Quien ama,
no escucha consejos,
es un instrumento ciego
del amor y sus misterios.
Quien ama,
hasta de su moral se olvida,
porque incrustado en su carne,
sus huesos y mente, no existe nada
ni nadie, salvo el objeto sobre el cual
gira su adoración que le embelesa, hechiza
y hasta le arrebata los suspiros de su existencia.
Nadie elige a quien amar;
el amor lanza su zarpazo ,
mengua tu voluntad,
mengua tu razón
y el poder elegir.
Nadie elige a quien amar;
el amor no te da el chance de pensar;
no te da otra opción que la de entregarte
en sus brazos sin poder condicionarle
a que te acaricie o te destruya.
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