NUESTRAS CREENCIAS Y EL HOMBRE INVISIBLE
Durante el proceso de identificar las creencias que rigen mi vida, me di cuenta del poder que ejercían y como gobernaban mi mundo, por el simple hecho de ignorar su presencia.
Desde que era una niña siempre llamó mi atención el hombre invisible. Si recordamos las aventuras alusivas a este personaje, podremos recordar que a diferencia de Superman, el Hombre Nuclear, la Mujer Biónica, el Hombre Araña y muchos más, su poder no radica en su fortaleza física, ni en poder volar o dar grandes saltos, sino en tener la capacidad de NO SER VISTO, de parecer que no está presente cuando si está. Este personaje del cine y la televisión puede mostrarnos claramente, cómo lo que pasa desapercibido para nosotros, se convierte en algo poderoso y si no está a nuestro favor, se torna peligroso porque nos controla. Su capacidad de tener el control, estriba en que no sabemos que está ahí y eso nos pone en desventaja frente a él. No lo podemos ver, pero vemos sus efectos, como sucede también con el viento, que es invisible a nuestros ojos, pero perceptible a otros sentidos como el oído y el tacto.
Con nuestras creencias tóxicas sucede lo mismo que si estuviéramos peleando contra el hombre invisible, un aspecto de nosotros nos dice que no existe, pero notamos que algo genera movimientos que no esperamos; nos pone zancadilla, haciéndonos caer en cualquier momento, desestabilizándonos. Lo cierto es que la lista de “travesuras” a las que somos expuestos por NO VER CON QUÉ NOS ENFRENTAMOS… POR NO SER CONSCIENTES, es larga y nos lleva a sentirnos cada vez más inseguros, miedosos de dar el siguiente paso, hasta que finalmente nos paralizamos y cada vez perdemos más la posibilidad de ser felices, de amar y de liderar nuestras vidas.
Para que el hombre invisible empiece a tomar forma y podamos ver la silueta que nos martiriza, es necesario ir descubriendo cuáles son las creencias inconscientes que rigen nuestras vidas, para que una vez identificadas, podamos desarticularlas e instalar unas nuevas que nos permitan incorporar cogniciones, sentimientos y emociones , que resulten enriquecedoras y no auto-denigrantes.
En mi experiencia, ha sido muy enriquecedor empezar a darme cuenta de mis creencias e irme liberando de limitaciones previamente aceptadas...Mi hombre invisible ya está tomando color, textura y forma y así le va a quedar más difícil hacerme “trastadas”, ja, ja. Un gran abrazo a todos.
A.R.G
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