Los "espacios entre vidas"...
Ningún otro lugar en la Tierra se parece tanto al Cielo como los aeropuertos. Sí, he escrito bien, los "aeropuertos".
Concretamente se parecen a los espacios y momentos previos antes de cada encarnación.
Millones de almas, en el Cielo, millones de personas (almas encarnadas), en la Tierra, dirigiéndose a sus respectivas puertas-túneles de embarque.
Miles de historias vividas y por vivir.
Asistidos siempre por seres especializados en asesorar sobre el viaje más adecuado. Estos seres o guías, especializados en diferentes funciones, nos acompañan durante todo el proceso hasta el "embarque".
Las motivaciones de las almas para "viajar" son bien diferentes.
Unos viajan por amor: reencontrarse con seres queridos, continuar amores pasados, mejorar relaciones pasadas, formar una familia, vivir varias relaciones nuevas...
Otros viajan por dolor: asuntos inconclusos por resolver-equilibrar-compen
Muchos viajan por el mundo o hacia nuevas vidas como verdaderos exploradores, aventureros ávidos de nuevos territorios, nuevas sensaciones, nuevos seres por conocer, nuevas experiencias por incorporar a la maleta de la sabiduría del alma, nuevos retos por superar.
Muchos otros viajan por puro placer, necesitados de descanso y de paz. Seguramente ya trabajaron mucho en su última vida y precisan de una vida de premio para atesorar energías y memorias positivas para continuar más adelante con sus siguientes retos y saltos evolutivos.
Todos, tarde o temprano, viajamos por todos estos motivos pues somos tan y tan inmortales, tan y tan eternos, tan y tan aventureros que gozamos viviéndolo y experimentándolo todo vida tras vida, planeta tras planeta, Universo tras Universo. Namaste.
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