LA DUALIDAD

La dualidad es como el sube y baja, nos eleva en gozo y nos focaliza en el dolor en la ubicuidad de sus aspectos. Se apunta con sobrada razón, que la obscuridad es la ausencia de luz, y como consecuencia derivada, el dolor no es más que ausencia de gozo, un aspecto en su dualidad expresada con su opuesto que es gozo pleno. Se hace locuaz que cuando preñemos de amor, lo que concebido lo aceptamos como regla, y acudimos al conocimiento de lo que es real, haremos más tolerable la manifestación y la expresión del dolor. Se hace prolijo mencionar “Que lo que no se aprende por amor, con dolor se aprende” y es la más idónea pedagogía para el correctivo de los excesos que se cometen y hacen pasible de los efectos derivados de las causas o del error. Por otro lado se infiere, que el grado de la conciencia juega un rol importante, porque es quien valida y desenvuelve los efectos del mismo. Puede observarse, que grandes conciencias maestras, y por demás faquires que por técnicas superan grandes carga de dolor. Desafortunadamente, el dolor es el más feroz correctivo de faltas cometidas en este tránsito de iniciático desarrollo y conocimiento. Es aconsejable entonces, conocernos más, amarnos y amar más, perdonarnos y perdonar y el resultado será el gozo de la bienaventuranza de Dios en cada uno de nosotros.