Antes
de empezar a trabajar con piedras deberíamos limpiarlas. Si nos las
regala un amigo, le preguntaremos si la ha limpiado, sino lo ha hecho,
también debemos hacerlo.
¿Por qué?
Muy
sencillo. Desde que una piedra sale de la naturaleza hasta que llega a
nuestras manos, ha recibido millones de energías diferentes. Gente que
las ha observado en un negocio, la energía de quien las ha recogido, la
energía de ese animal que uso esa piedra para hacer su madriguera, los
cambios climáticos, el sol, la luna, la energía de odio e ira que le dio
ese chico cuando se la tiró a otro chaval... son muchas las influencias
que recibe el mineral en cuestión Si trabajásemos con estas piedras tal
y como las recibimos, podría ser caótico y no servirnos para nada, o
bien, conseguir todo lo contrario que queremos conseguir.
Una vez, un chamán me dijo una cosa muy curiosa cuando le pregunte como limpiar las piedras:
“Novato,
¿Crees que con un simple ritual, siendo un simple hombre, puedes
limpiar las energías que la madre tierra ha tardado millones de años en
dar a ese mineral?”
Y
tenía razón, por muy potente que fuese nuestra energía, no es la de la
madre tierra, así que lo único que podemos hacer es limpiar las
influencias externas, esas energías que ha absorbido en los últimos
tiempos, o días en esa tienda, nunca la energía con la que la ha cargado
la Gran Madre, eso sería quitarle el alma…
Hay
varios métodos, a continuación describo dos de ellos, el primero más
simple que el segundo, pero ambos igual de eficaces. Tengo que resaltar
que estos métodos no solo sirven para las limpiar y purificar los
minerales, sino también para cualquier objeto que se precie.
METODO DEL AGUA CON SAL:
Lo que necesitaremos es:
- Un cuenco con agua.
- Tres pizcas de sal gorda (es recomendada, sino tenemos sal gorda usaremos sal normal).
- Cualquier tipo de fuente de agua corriente (un río, el mar, el grifo de casa…).
Este ritual conviene hacerlo en un día de Luna Llena, así pues, puede formar parte de un ritual de Luna Llena si los celebramos.
Cogemos
el cuenco, lo llenamos de agua, del río o del grifo, dependiendo de
donde nos encontremos en ese momento, le echamos las tres pizcas de sal y
removemos tres veces en sentido de las agujas de reloj con el dedo
índice de nuestra mano de poder (derecha para los diestros, izquierda
para los zurdos). A continuación colocamos las piedras que queramos
limpiar en el cuenco, y lo dejamos toda la noche a la luz de la luna
llena, de esta forma el agua con sal las limpiará y la luna llena las
purificará.
Si
vivimos cerca del mar, podemos usar en vez de agua con sal, agua
marina, un agua incluso muchísimo más potente, pues como dice mi abuela,
el agua del mar lo cura todo.
Después
de toda la noche, cogemos el cuenco. No importa si le dan algunas horas
el sol, pero sería conveniente quitarlas al amanecer o un par de horas
después como mucho.
Ahora
es el momento de usar el agua corriente. Si vamos a usar el agua marina
o de un río, metemos el cuenco, sin quitarle el agua, en una red, de
forma que podamos atarla a algún sitio, podamos meter el cuenco en el
agua y ni se nos vayan las piedras ni el cacharro. Si no tenemos a
nuestra disposición un río o el mar, como es mi caso, las dejamos debajo
de un grifo abierto. Tendrán que permanecer allí de 10 a
20 minutos. Esta operación se hace para que el agua elimine los restos
de sal “sucios” de las energías que queremos eliminar, de otra forma
esos restos quedarían ahí e influenciarían en la piedra.
LIMPIEZA CON EL SOL:
Lo que necesitamos:
- Un día soleado.
Quizás
esta sea la técnica más simple. Colocamos las piedras de forma que les
den los rayos de sol directamente. A través de una ventana no es
conveniente, pues el vidrio impide que entren los rayos, solo entraría
la luz. Las dejamos allí todo el día y las retiramos al atardecer.
Algunas piedras quedarán limpias en una sesión, otras sin embargo
necesitarán más tiempo. Para comprobar si la piedra se ha limpiado
correctamente, la cogemos con nuestra mano receptiva, si la energía es
serena y regular, la piedra está limpia, sino habrá que darle más
sesiones hasta que la sintamos así. Es conveniente que todas las
sesiones sean en días seguidos.
LIMPIEZA CON LA TIERRA:
Lo que necesitamos:
- Un sitio para enterrar la piedra.
En
esta lo que intervienen son los poderes de la tierra. Entierra la
piedra en un sitio seguro y que no tenga mucha afluencia de gente
durante aproximadamente una semana, luego sácala, límpiala y comprueba
si se ha limpiado energéticamente correctamente, como en el método
anterior. Si es así, ya está lista.
LIMPIEZA CON LOS CUATRO ELEMENTOS:
Lo que necesitamos:
- Un cuenco de agua.
- Una vela roja.
- Una vara de incienso.
- Un plato con tierra o con sal.
Este
es el medio más complejo. Se suele usar cuando no tenemos a disposición
los lugares adecuados para hacer el resto. ¿Por qué son más eficaces?
No, simplemente porque nos lleva menos tiempo.
Preparamos
una mesa o un altar. Colocamos la vasija con agua en el Oeste.
Encendemos la vela y la colocamos en el Sur. Encendemos el incienso y lo
colocamos en el Este y, para terminar, ponemos el cuenco con tierra en
el Norte. En el medio de todo esto la piedra que queremos limpiar.
Cuando
este todo listo, detenemos nuestra mente, nos dirigimos al norte, al
plato con sal o tierra. Colocamos la piedra allí, la enterramos y
decimos algo como:
“¡Te purifico con la tierra!”
Nos concentramos unos minutos mientras visualizamos como la tierra absorbe las energías que queremos limpiar de la piedra.
La
sacas de ahí, la limpias un poco con la mano y la pasas sobre el humo
del incienso, unas 9 veces, de derecha a izquierda, mientras dices:
“¡Te purifico con el aire!”
Observa como el humo pasa por la piedra, la atraviesa y se lleva las energías perturbadoras.
Luego pasas la piedra por la llama de la vela varias veces y rápidamente, para evitar quemarte, mientras dices:
“¡Te purifico con el fuego!”
Visualiza como el fuego quema las energías negativas de la piedra.
Para terminar colocas la piedra en el agua, y dices:
“¡Te purifico con el agua!”
Visualiza el agua lavándola.
Comprueba
con la forma que he dicho anteriormente si la piedra esta limpia, sino
lo está repite el ritual cuantas veces sea necesario. La piedra ya esta
lista para ser usada.
Las
frases que he dicho son simples pero eficaces. Puedes cambiar las
palabras, hacer frases más complicadas. Recuerda que la magia está en
ti, no en las palabras que pronuncias.
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