Crista Clarividente

jueves, 7 de junio de 2012









EL PODER DE LA IMAGINACIÓN Érase una vez tres gusanos de seda que ignoraban su futuro como mariposas. Sus nombres eran: PESIMISTA, REALISTA e IDEALISTA. Se les acercaba la hora de su transformación y empezaron a sentir los primeros síntomas…. Su voraz apetito fue desapareciendo, su movilidad menguaba a gran velocidad y, finalmente, sintieron como el capullo les aislaba del mundo conocido, de la seguridad de lo cotidiano. En la oscuridad del misterio de su futuro, tuvieron pensamientos distintos: PESIMISTA se dijo a sí mismo que estaba viviendo el final de su vida, y en lo más profundo de su sentir, se despidió de los buenos momentos. REALISTA se dio ánimos diciéndose que todo aquello sería momentáneo y que, tarde o temprano, todo volvería a la normalidad. IDEALISTA sintió que, aquello que le estaba ocurriendo, podría ser la oportunidad para que se cumpliese su sueño más preciado: poder volar. Y aprovechó la oscuridad para perfeccionar sus sueños. Cuando los tres capullos se abrieron, dejaron ver tres realidades iguales y distintas, a la vez… PESIMISTA era una bellísima mariposa, pero…. estaba muerta… Había muerto de miedo. REALISTA era una hermosísima mariposa, pero…. a pesar de ello, empezó a arrastrarse como cuando era gusano. Con satisfacción, dio las gracias al cielo por haber podido seguir igual. IDEALISTA, nada más ver la luz del día, buscó sus alas… y al verlas, su corazón rezumó alegría, emprendió el vuelo, y dio las gracias, repartiendo su dicha por todo el bosque.” - Una misma realidad, tres actitudes distintas y tres consecuencias diferentes. “El poder de la imaginación” es el título de un breve cuento sobre tres gusanos de seda: pesimista, realista e idealista que enfocan la Vida y los momentos de cambio con visiones distintas. El relato está extraído del libro “Veintitrés maestros, de corazón. Un salto cuántico en la enseñanza” del profesor de matemáticas y física y divulgador del nuevo paradigma científico y educativo Carlos González Pérez. Con esta metáfora el profesor trataba de explicar a sus alumnos hasta qué punto las creencias nos limitan y condicionan nuestro futuro que tiene muchas más posibilidades de lo que creemos con mentes encorsetadas. Los cambios producen miedo y resistencias a todos los niveles, pero, sabiendo que las crisis son oportunidades de transformación, es mejor cultivar un optimismo constructivo y fluir. En estos tiempos agitados ¿con qué tipo de oruga nos identificamos cada un@?
Grácias Libros para la Paz ;)

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