Crista Clarividente

miércoles, 14 de noviembre de 2012







Te miré y sucedió; 
sucedió que volvemos a encontramos otra vez, como en una nueva primera vez; 
y sentí que sentíamos lo mismo. Las miradas en sus extrañezas nos delatan. 
Pareciera como si tu destino y el mío, hubieran estado dormidos en 

algún rincón de nuestras mentes por muchos siglos en un sueño muy profundo, y que ahora despiertan en el alba de otra época por la coincidencia de un mirar tan divino, como extraño.
Es como si nos hubiéramos amado inconclusamente en otros tiempos, y que ahora, en la intercepción de nuestros caminos, súbitas remembranzas vienen a nuestras miradas con la aparente intención en que cerremos un ciclo.
Las miradas dentro de un halo de misticismo, develan y hablan de nuestro destino, al mismo tiempo que sentencian su veredicto condenatorio en amarnos aquí, o en otro tiempo más allá de esta existencia.

Predestinados-Rourke Boada

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