Crista Clarividente

domingo, 7 de julio de 2013

CAUSALIDAD

Causalidad



“Yo, y mis circunstancias,” así lo dijo Ortega y Gasset. “Pienso, luego existo” Descartes. Y yo olímpicamente dije, “no ando sola, me acompaña mi conciencia”. Si se profundiza en la correlación que existe en cada uno de los enunciados o postulados, se observara prolija mente que hay un hilo conductual que los engarza a un mismo fin “causalidad” como determinismo y no una sorpresiva casualidad como destino. Para hacerlo más entendible, del origen del pensamiento se crea, de la actitud las circunstancias, y del resultado de todo ello la validación por la conciencia, quien finalmente es la que se reciente por el juzga miento. Todos sin lugar a dudas, inconscientes o conscientes, estructuramos la plataforma para que se accionen los actos en la vida y como resultado un destino, tantas veces cuestionable por lo que se decanta a ofrecerle a su constructor. De ahí la expresión “no culpes al destino, tu lo construiste”. Así es, somos los arquitectos de lo bueno y lo no bueno que generamos con auspicio de un libre albedrio. “se le otorga al ser la libertad o autonomía de elegir lo que desee a voluntad, pero se estará irremisiblemente obligado a recibir lo que a voluntad eligió”. Por tanto, dicho lo dicho, no debemos ser derrotista, se cosecha lo que se siembra, estamos sujetos a una ley de correspondencia y sin accidentes, no existe la casualidad, nuestras circunstancias y pensamientos tienen una base u origen, ¡nosotros mismos! Hacedores de bien o del mal, y derivado de ello, los efectos con detonantes de gozo o de agresivos sufrimientos.


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