Para sellar espacios protegiéndolos de todo mal
• Un kg. de sal gruesa o marina
• Una bolsa de tela blanca
• Un puñado de palo santo rallado
• Un velón blanco
• Un litro de agua de lluvia
Prender el velón en el centro del espacio que deseamos sellar.
Poner la sal y el palo santo rallado en la bolsa de tela blanca, dejando un extremo con un pequeño agujero.
Recorrer el entorno del espacio que deseamos sellar, dejando caer un fino hilillo, desde la abertura de nuestra blanca bolsa con sal aromática, caminando en sentido opuesto a las agujas del reloj. Luego pondremos a ambos lados de la entrada principal, dos cuencos llenos con el agua de lluvia, previamente expuesta al sereno durante una noche completa de luna llena. De este modo sellaremos nuestro espacio privado en donde no podrán entrar ningún tipo de energías opuestas malignas o negativas. La vela debe quemarse por completo. Este sellado es más efectivo cuando se realiza en un día lunes a medianoche.
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