Crista Clarividente

domingo, 23 de diciembre de 2012


Un cuento tradicional zen cuenta la historia de un hombre rico
que no soportaba gastar ni siquiera un céntimo de su fortuna.
Un día el maestro zen Mo Hsin fue a visitarlo y le dijo:

-Suponga que mi puño estuviera cerrado así para siempre,
desde el nacimiento hasta la muerte, sin cambio;
¿Cómo llamaría a esto?

-Una deformación.


-Suponga que esta mano estuviera abierta así para siempre,
desde el nacimiento hasta la muerte, sin cambio;
¿Cómo llamaría a esto?

-Eso también sería una deformación.

-Entonces, solo es preciso que usted
comprenda lo que acabamos de conversar
para que se convierta en un hombre rico y feliz.


Cuento anónimo de la tradición zen
 

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