Crista Clarividente

viernes, 13 de abril de 2012

Los celtas creían que muchos arboles estaban habitados por espíritus o que poseían espíritus propios.
Esta idea se aplicaba con mayor énfasis a cualquier árbol que tuviese una fuerte aura a su alrededor.
También creían que determinados arboles tenían influencias curativas sobre los humanos.
Es de este antiguo respeto por los poderes de los arboles de donde procede la expresión "tocar madera".
El roble, el fresno y el espino recibían el apelativo de triada arbórea de las hadas.
Se dice que, en los lugares donde crecen juntos, habitan las hadas.

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