Crista Clarividente

sábado, 6 de octubre de 2012

DEL LIBRO ;;; EL FUEGO INTERNO

La herencia cultural de los toltecas sigue viva, vigente y presente, no solo en las comunidades indígenas de México, sino de todo el continente.

Retomar esta filosofía de la vida, estos valores y principios para enfrentar el mundo que hoy nos ha tocado vivir en el ámbito de pueblo,el camino del guerrero está presente en todas las civilizaciones y es un milenario camino universal que nos conduce al vértice superior del desarrollo y la existencia humana.

Los indígenas se han librado como pueblo de su muerte histórica gracias a que son, guerreros practicantes [no racionales] a través de su cultura, de estos conocimientos milenarios.

El solo "barrer la isla del tonal" con sus 17 técnicas [Viaje a Ixtlán] nos deja una tarea que se antoja titánica, pero posible para el ser humano común y corriente. Sin ponernos a pensar, con ambición fantástica, en "mover el punto de encaje y llegar al cuerpo del ensueño", simple y sencillamente por ser un SER HUMANO IMPECABLE, de vivir una vida sobria y apegada a los valores universales del Espíritu.

El campo de batalla del guerrero esta en el mundo cotidiano y en el trato con sus semejantes. A final de cuentas y en pocas palabras, aprender a vivir de manera sobria y disciplinada, sin dilapidar nuestra energía.

“Supe sin duda alguna que don Juan tenía razón. Todo lo que se requiere es impecabilidad, eso es energía. Todo comienza con un solo acto que tiene que ser premeditado, preciso y continúo. Si este acto se lleva a cabo por un periodo de tiempo largo uno adquiere un sentido de intento inflexible que puede aplicarse a cualquier cosa. Si se logra ese intento inflexible el camino queda despejado. Una cosa llevará a otra hasta que el guerrero emplea todo su potencial."

El Fuego Interno. Pág. 214

"Lo que verdaderamente necesitamos es sobriedad, y nadie puede dárnosla, ni ayudarnos a obtenerla, salvo nosotros mismos. Sin ella, el movimiento del punto de encaje es caótico, como son caóticos nuestros sueños ordinarios. ‘Así que, al fin y al cabo, el procedimiento para llegar al cuerpo del ensueño es la impecabilidad en nuestra vida diaria.’ “

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