EL CUERPO GRITA LO QUE LA BOCA CALLA
No puedo estar más de acuerdo con esta interesante reflexión de Nelson Torres, Doctor en Psiquiatría (UCV) y experto en PNIL (Psico-neuro-inmunolinguistica)
“EL CUERPO GRITA LO QUE LA BOCA CALLA” La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma.
Muchas veces...
El resfriado "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta tapona cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estomago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerante.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer mata cuando te cansas de “vivir”.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer mata cuando te cansas de “vivir”.
¿Y tus dolores callados? ¿Cómo hablan en tu cuerpo? La enfermedad te avisa que estás equivocado de camino.
Y yo digo: el conflicto es la expresión de una falta de armonía o equilibrio en nosotros, aunque bien es cierto que muchas veces no está en nuestra mano el evitarlo porque en algunos casos, lo ocasionan los demás, sin embargo, en otros está en nosotros el evitarlos o no aceptarlos. Probablemente la persona que prefiere continuar viviendo en constante conflicto, lo que busca realmente es atención, protagonismo, dar lástima etc. Son personas que tienen un trabajo a realizar en ellas mismas y sincerarse para saber qué es lo que les ocurre realmente. Lo que parece claro es que ese descontento tiene un significado y en la mayoría de las ocasiones, sólo está en su mano el solucionarlo, no en la de los demás. El peligro de contraer una enfermedad es mucho mayor cuando las fuerzas vitales son escasas, cuando emocionalmente estamos descontentos que cuando nos sentimos fuertes y felices. Y como por ahora, aún no tenemos a mano una panacea (Panacea es el nombre dado por los alquimistas a ciertos medicamentos a los que atribuían la virtud de curar todas las enfermedades. En la mitología griega Panacea era el nombre de una de las hijas de Esculapio, dios de la medicina), piensa en esto: Si lo que estás haciendo no funciona, no te hace feliz: para, piensa, analiza y decide actuar de otra manera, continuar actuando del mismo modo y esperar resultados diferentes es absurdo.
Tampoco estaría de más meditar sobre este aforismo: No pidas a Dios una carga ligera para tus hombros; pídele unos hombros fuertes para soportar la carga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario