Crista Clarividente

lunes, 1 de octubre de 2012

 
 
 
 
 
 
 
Después de algún tiempo aprenderás la sutil diferencia entre dar una mano y encadenar un alma.

Y aprenderás que amar no significa apoyarse y que compañía no siempre significa seguridad.

Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas...

Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un niño.

Aprenderás a construir hoy todos tus caminos porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer al vacío.

Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado...Aceptarás que incluso las buenas personas podrían herirte y alguna vez necesitarás perdonarlas..

Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma...

Y descubrirás que lleva un año construir confianza y apenas unos segundos para destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida.

Aprenderás que las verdaderas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias y que no importa qué es lo que tienes sino a quienes tienes en la vida. Y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.

Aprenderás que no tienes que cambiar de amigos si estás dispuesto a aceptar que los amigos cambian.

Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o nada, sólo por el placer de disfrutar de su compañía.

Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan, y por eso es bueno decir a esas personas cuánto las amamos por qué nunca sabemos cuándo será la última vez que las veamos.

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia en nosotros, pero somos nosotros los únicos responsables de lo que hacemos.

Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar.

Descubrirás que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser y que el tiempo es muy corto.

Aprenderás que no importa dónde llegaste, sino a dónde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar te servirá.

Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea la situación: siempre existen dos lados.

Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias.

Aprenderás que algunas veces la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayude a levantarte. Madurar tiene que ver con lo que has aprendido de las experiencias más que con los años vividos.

Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.

Aprenderás que nunca se debe decir a alguien que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y será una tragedia si lo creyese por que le estarías quitando la esperanza.

Aprenderás que cuando sientas rabia tienes derecho a tenerla, pero eso no te da derecho a ser cruel.

Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman pero no saben cómo demostrarlo...

No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.

Aprenderás que con la misma serenidad con la que juzgas, también serás juzgado y en algún momento, condenado.

Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver atrás, por lo tanto debes cultivar tu propio jardín y decorar tu propia alma, en vez de esperar a que alguien te traiga flores.

Entonces sabrás que realmente puedes soportar, que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.

Es que realmente la vida vale sólo cuando tienes el valor de enfrentarla.

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