Crista Clarividente

domingo, 29 de mayo de 2011

La cafeomancia o posos del café

La cafeomancia es el arte adivinatorio que utiliza el café como vía para conocer el futuro. Es la comunmente llamada lectura de los posos del café aunque existen otras muchas modalidades de ponernos en contacto con el futuro a través de esta bebida popular.
Aunque la tradición adjudica los primeros pasos de la cafeomancia a los franceses en el siglo XVII, al parecer la costumbre de desentrañar lo que podía manifestar un recipiente que había contenido café es bastante más antigua; por ello es muy posible que su antiguedad nos haga remontarnos a un momento indeterminado tanto en el continente africano como en el asiático (Etiopia y Yemen respectivamente): los datos arqueológicos confirmados remontan la domesticación de la planta del café no antes del siglo XV a lo que se añade a esta tardanza las dificultades del proceso de elaboración de los granos para la bebida, aunque nuevas excavaciones en Arabia podrían arrojar datos que adelantasen su consumo al siglo XII.

Desde esos orígenes, y gracias a su gran éxito en un mundo árabe donde las bebidas alcohólicas están prohibidas, la bebida se extendió por diversos horizontes como el norte del continente africano, Persia y Turquía donde, en 1475 en Estambul (la antigua Constantinopla, conquistada hacía 32 años por los Turcos) abrió la primera cafetería. Los mercaderes venecianos lo comenzaron a exportar a finales del siglo XVI, de ahí que las primeras referencias europeas a la cafeomancia sean tan tempranas: el florentino Tomas Tamponelli escribió en el siglo XVII un pequeño manual dedicado a la practica de este arte.

El cómo llegaría este arte a las prácticas de Tomás Tamponelli es un misterio. Aunque él fue el padre del primer manual de cafeomancia europeo que conocemos no podemos olvidar que en la corte de los zares de la gran Rusia y en los caravaneses (albergues en los que descansaban las caravanas) ambas a caballo entre Europa y Asia se practicaba también desde antiguo este arte, tal vez venido desde China, donde se observaba el futuro en el interior de "campanas" (las tazas de té chinas dadas la vuelta así lo asemejan) pero no leyendo los restos de café sino de té.

Tampoco hemos de olvidar que los romanos realizaban esta misma práctica con el vino ¿Mágico arte venido desde la lejana China o, por el contrario, antigua práctica europea oculta durante los siglos del medievo?

Gran parte de la atracción de la cafeomancia reside en que gira de algo tan sencillo y a la vez tan cotidiano como el hecho de tomar una taza de café; ese placer que sentimos ante una humeante taza de café por las mañanas o al compartir con cualquier amistad es, en si y por si mismo, un potente método para desentrañar nuestro futuro ya que la influencia que ejerce nuestra persona sobre la bebida, así como el azar, marcan tanto la taza como en el plato con señales de nuestro porvenir.

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