Crista Clarividente

jueves, 31 de marzo de 2011

Creando la Prosperidad en mi Mente

La nota fue garabateada en la parte posterior de un anuncio para el programa del capellán. Fue escrita por un feligrés, justo después de un servicio de domingo que yo había dado en mi propia iglesia.


“No había comprendido hasta que lo señalaste, que es la gente rica la que es espiritual,” escribió. “Adivino que aquellos esclavizadores estaban en el camino correcto. ¡Lo único malo del asunto era la conciencia de prosperidad de
esos esclavos! “

No hay duda de que el escritor estaba siendo absolutamente sarcástico, y pensó que sus comentarios expondrían lo absurdo de mi enseñanza, y apoyarían sus creencias. (Lo que es seguro asumir, es que es de alguna manera espiritual el ser pobre, y que la gente rica está explotando a los pobres.)
Es fascinante que él escogiera tal analogía, porque YO CREO que en muchos casos, la gente rica está funcionando en un sentido de conciencia más alto que la gente pobre. ¡Ésa es la razón de que ellos sean ricos!
También creo que la gente que permite que otros les roben su libertad tienen seria predisposiciòn en cuanto al significado del sentido de la prosperidad. Puesto que él no firmó su nota, él no descubrirá que en vez de ver ironía en su comentario – Yo lo considero un elemento de la verdad. Imagínese el asombro y el sobresalto que él podría sentir. Quizás ahora tú estás sintiendo lo mismo.

El hecho de que la gente rica ha amontonado abundancia indica que está viviendo por lo menos algunas de los leyes espirituales que gobiernan la prosperidad.
Por supuesto, que esto no significa que toda la gente rica es espiritual y todo pobre no lo es. La prosperidad es una sinergía de un cierto número de factores, incluida una conexión espiritual fuerte, salud óptima, grandes y fructíferas relaciones, vocación gratificante, y, sí, los aspectos materiales.
Así pues, la gente rica que está enferma, amargada y sola no es ciertamente próspera. De la misma manera, sin embargo, si eres sano, espiritualmente centrado, tienes un buen matrimonio, pero luchas para pagar tus tarjetas de crédito cada mes  no eres ciertamente próspero tampoco. Y lo más cierto es, que no estás experimentando la armonía espiritual que tu Creador te está ofreciendo.
En el libro “Como un hombre piensa,” James Allen relaciona cuán usual es que la
gente diga¨: “Muchos hombres son esclavos porque uno es un opresor; dejadnos
odiar el opresor.” Entonces, él observa la creciente tendencia de la gente a decir :
“Un hombre es un opresor porque tiene esclavos; dejadnos desdeñar a los esclavos. “
La verdad real es que ambos, los esclavos y el opresor, son co-creadores en ignorancia, carencia, y limitación. Mientras que parece que son víctimas uno del otro – en realidad, son víctimas de sí mismos.
 La prosperidad y la dignidad humana, ambas se basan sobre el valor recibido.
Un opresor no puede sostener prosperidad porque él está exigiendo más de lo que él da, y arruinará en última instancia su propia conciencia. Un esclavo no se da
suficiente valor a sí mismo, y termina además sumido en un estado de bancarrota espiritual.
Como el Curso en Milagros enseña, ellos no son víctimas, sólo son voluntarios.
Una persona seguirá siendo débil, dependiente y desgraciada si está rechazando levantar su propia conciencia y sentido. Una persona puede rechazar un estado de servidumbre y conquistar las limitaciones y alcanzar la grandeza levantando su conciencia. Citando otra vez del libro de Allen :
“Un hombre fuerte no puede ayudar a uno más débil a menos que el débil esté dispuesto a ser ayudado, y además de eso, el hombre débil debe ser fuerte por sí mismo, él debe, por medio de sus propios esfuerzos, desarrollar la fortaleza que él admira en otros. Nadie, a no ser uno mismo, puede alterar esta condición.”
Es duro desarrollar la fuerza para ser próspero, si espiritualmente estás siendo continuamente programado para ser pobre. Especialmente, si ni siquiera estás enterado de que estás siendo programado a un nivel subconciente.
Para experimentar prosperidad espiritual verdadera, tienes que manifestar prosperidad en TODAS las áreas de tu vida. Aúnque todo esté funcionando bien en la mayoría de ellas, pero si no tienes mucho dinero – es fácil caer en la trampa en la que el escritor de nuestra nota, cayó.
Necesitas creer que de alguna forma tu recompensa está por llegar, tal vez el paraíso, y en alguna forma serás compensado por vivir tu vida actual de limitaciones. Después de todo, ¿quién de nosotros quiere creer que estamos sufriendo innecesariamente, o que tenemos la riqueza al alcance de los dedos, pero rechazamos disfrutar de ellas ?
Por supuesto que también cuentas con la “información global”,(TV, radio, periódicos, el Internet, gobiernos, instituciones religiosas, etc.), programándote a nivel subconciente de que el dinero es malo, y que la gente rica es malvada y que es espiritual el ser pobre. Esto te está haciendo entender, de alguna confortante manera, el pensar que Bill Gates, Ross Perot, Ted Turner, y otros multimillonarios han vendido sus almas, y ya les llegará el día de su ajuste de cuentas.
Ahora, para ser justos con quien escribió nuestra nota, él ciertamente no es el único que piensa así. Esta forma de pensar es absolutamente “cierta” para muchos hoy en día.
Así que … ¿Por qué escribiría yo un libro que trasmitiría un mensaje que seguramente, hará sentir temor a mucha gente ? Porque temo lo que pasará cuando no se sienten amenazados.
Me tomo el privilegio y la responsabilidad desde mi posición, muy seriamente. De hecho, lo considero sagrado. Hablo de los mensajes que percibo que la gente tiene necesidad de oír, no necesariamente aquellos que quieren oír. Me causa dolor ver a cualquiera en cualquier lugar padeciendo pobreza y carencia en su vida.
Cuando piensas en ello, y la idea de mí dando un servicio de iglesia en domingo, hasta me parece divertido. Yo fui criado en un entorno ateo, y entré a una iglesia solamente dos veces en mi vida durante mis primeros 30 años en el planeta. (Una vez por accidente, y otra vez para mi boda)
Cuando encontré mi camino a la iglesia, lugar a que eventualmente llamaría hogar, yo era un desempleado, no tenía coche, tenía una deuda que pagar de $55.000, y estaba vendiendo mis muebles para poder reunir dinero para poder comer.
Mi salud estaba afectada, mis relaciones eran un absoluto lío, y no podía ser más infeliz. Al momento que iba vendiendo mis muebles esto me daba para comer macarrones con queso tres veces al día. Y entonces descubrí una cosa muy fascinante…
Empecé a entender que el éxito y la prosperidad no tienen nada que ver con las oportunidades, la ocasión, la suerte, el entrenamiento, la educación, o la habilidad. Tiene todo que ver con la conciencia, el sentido, la creencia, y subconcientemente la programación a la que estás siendo sujeto, ya sea que estés enterado de ello o ni lo sepas.
En las últimas semanas he estado manteniendo un diálogo vía correo electrónico con mi amigo Stuart Goldsmith en Londres. Stuart asistió a uno de mis programas y publicó un boletín de noticias que tuvo rotundo éxito en el Reino Unido.
Él, originalmente, me escribió manifestando su deseo de crear un plan de trabajo en casa para ayudar a las personas a conseguir asistencia pública y llegar a ser independientes.
(Él tal vez pensó que una charla como de sobremesa, o una reunión, o un plan de trabajo similar podrían funcionar. De hecho, un plan honesto, no de éstos esquemas de estafa que actualmente vemos que toman como presa a la gente.)
Deseo compartir algo de lo que le respondí referente a la prosperidad-conciente o al sentido de prosperidad porque pienso que es muy relevante lo que estamos discutiendo aquí.
Algo de lo que escribo puede marcarme como no creíble, cínico o despiadado. Sin embargo, una vez que entiendas los principios implicados, entenderás que mis comentarios tienen como cometido único, desear el más alto nivel de bien a otros.
Intenta entender la idea del “plan de trabajo casero” de Stuart para recibir bienestar; apesta de solo pensar que es como un cambio de sillas en la cubierta del Titanic. Crear este tipo de “trabajos en casa” para la mayor parte de esta gente, es como seleccionar perlas delante de cerdos, o cualquier otro cliché apropiado por el que desees sustituirlo. (Fíjate cuan cínico y no creíble parezco aún !)
Sin embargo, todavía creo que es verdad, basado en mi propia experiencia y en la del “círculo de perdedores” al que estuve asociado los primeros 30 años de mi vida. Habrían podido darnos a cualquiera de nosotros un programa de trabajo en casa diseñado para hacernos millonarios y nos habríamos sentido derrotados y arrebatados en las quijadas de la victoria.
¿Por qué ?
Porque no teníamos el sentido de ser sanos, ricos o felices. Éramos “víctimas profesionales”.
Cuando comencé un negocio, el condado comenzó la construcción en la carretera.
La vez que tuve un socio corrupto, la economía fue mala. Finalmente, la última vez, el IRS clausuró mi restaurante por evasión de impuestos, y me hizo una auditoría judicial. Lo cual me dejó en la situación que les conté anteriormente.
Lo que fue en última instancia lo mejor que podía pasarme. Habiéndolo perdido todo finalmente, me paré a mirar los factores externos (mi socio corrupto, el IRS, la economía, etc.), y comencé a mirar los factores internos. Más específicamente, a hacerme esta pregunta , “¿quién fue la persona que siempre estuvo en la escena del crimen?”
Por cierto, la respuesta que vino a mí no me agradó, pero era la verdad. Todos los factores externos se habían manifestado por mi causa :
·         Tener miedo subconciente al éxito;
·         Carencia de autoestima, y
·         No creí que era digno del éxito.
Es muy fácil llorar y ser víctima y lograr por ello tu parte de amor, condescendencia, etc. Yo era ciertamente el muchacho de ese tipo de cartel. Y, por supuesto, me rodeé de otros amigos que eran víctimas conmíseras iguales a mí. Podíamos reunirnos y en cada oportunidad compartir nuestras tragedias y miserias el uno con el otro.
Explicaría como esos animales sin piedad y de sangre fría de la compañía de electricidad habían apagado todas mis luces, porque yo era un luz apagada en pleno día. Mi amigo Mike remataría eso por la manera en la que se sentía deshauciado por los ricos propietarios despiadados. Me volvería con mi placa de la licencia confiscada por las boletas de estacionamiento impagas, y así la batalla emprendería vuelo.
Y por supuesto, ¡no hay nada peor que cuando tus amigos tienen una tragedia peor que la tuya ! Tienes que manifestar inmediatamente un tumor, un meteorito que cayó en tu coche, o alguna otra calamidad para asegurarte que te ganarás tu cuota de su simpatía.
Eso es lo que hice por 30 años …
Y antes de que desatiendas esto y lo tomes como una pelusa mística, estoy hablando de acontecimientos racionales y científicos aquí. Ejemplos. Te atrae un esposo/a alcohólico/a, eliges un socio deshonesto, abres un negocio sin tramitar los debidos permisos, gastas dinero en cigarrillos y cerveza, pero no tienes suficiente para pagar la renta, y un millón de posibilidades más.
Sí, es verdad, la gente está siendo lanzada a la calle pero es porque no pueden pagar sus hipotecas. Sí, es verdad que otra gente no tiene ni para pagar una inflada de neumáticos camino a su entrevista por ese buen remunerado trabajo, pero eso es porque contrataron nuevo servicio de TV satelital y compraron nuevas llantas para el coche cuando las necesitaban.
La pobreza no es la ausencia de dinero y de cosas que ocupan tu mente. Prosperidad no es abundancia de dinero o de cosas que ocupan tu mente.
Cuando comencé a estudiar las leyes que gobiernan la prosperidad, solté los principios de la desesperación…
Apliqué esos principios, y no habrías encontrado a alguien más apremiado que yo en dar ese gran giro de vuelta. Soy realmente bendecido, manifestando abundancia en todas las áreas de mi vida, de maneras cada vez mayores.
Esto solamente fue posible porque estuve dispuesto a enfrentar mis debilidades, descubrir y eliminar la “carencia insidiosa” que tenía programada en mi ser, y sustituirla por una programación positiva. Desde ese día, estoy siempre alerta, atento de lo que me permito mirar y escuchar, y atento de la gente que frecuento.
Tuve que salir de mi zona de cómoda protección, enfrentar con valentía mis temores, y darle la cara a mis creencias. Una vez que hayas hecho esto, te sientes llamado a ayudar a otros para desafiar la creencia de tus propias limitaciones sostenido por su grandeza.
Esa era la motivación que sentía esa mañana, cuando hablé en la iglesia, y es la misma motivación que me lleva a escribir este libro para tí ahora.
El dinero es parte de la magia en la vida. Es una fuerza que te permite a tí ser tú mismo realmente. Permite que vayas a donde quieras ir, y que hagas lo que desees hacer, y te convierte en quien desees ser. ¡El dinero es Dios en acción !
La pobreza hace a la gente mentir, engañar, estafar, robar e incluso matar. No hay NADA espiritual relacionado con la probreza. Sí, realmente, la pobreza apesta.
Algunas de las personas de mi audiencia sienten una fuerte conmoción cuando yo hago la declaración de que es un pecado ser pobre. Por supuesto, Charles Filmore dió una gran sacudida a la comunidad religiosa en sus días, cuando él hizo la misma proclamación hace ya casi 100 años atrás. Todavía tiene el poder de atontar a las personas de hoy día.
La traducción real de la palabra pecado, que significa “perder la marca/señal”. El Curso en Milagros define al pecado como la carencia de amor. Creo que ambas caracterizaciones son exactas.
Si eres pobre, estás faltando a la marca/señal que tu Creador ha puesto en tí. Y ciertamente te estás engañando a tí mismo por fuera del amor, que es tu derecho de nacimiento.
Cuando estás proporcionando valor verdadero al universo-éste te recompensa con riquezas.
Ésa es la forma en la que funciona el universo. A toda hora, sin excepción.
Leí recientemente una parte de un periódico de Op-Ed, escrito por Ralph Nader, regañando a Bill Gates y a otros multimillonarios por no redistribuir su dinero entre la gente pobre del mundo.
Obviamente, muy simple, – luchar para el pequeño individuo – para Nader (quien es un multimillonario, a propósito), el cual no entiende incluso los principios más básicos de la prosperidad. Si el 2% de la gente más rica del mundo repartiera su abundancia con el 2% de los más pobres – pasados 6 meses, el dinero estaría otra vez en el mismo punto del comienzo.
¿Por qué ?
Debido al sentido de la conciencia de la gente involucrada. Para convertirse en multimillonario, primero tienes que convertirte en la clase de personas que puede manejar millones de dólares con responsabilidad. Debes proporcionar un gran valor a un gran números de personas, que estarán dispuestas a negociar parte de ese dinero tan duramente ganado por dichos valores.
Ayn Rand fue una de los pensadoras más brillantes de la historia humana, una verdadera genia, y alguien que entendía el concepto del valor para el valor. Ella no lo llamaría sentido de la prosperidad, (era una atea confirmada), pero ella poseyó esa espada del valor. Su novela, “Atlas encogido”, debería ser una lectura obligada cada año para la gente que busca referencia acerca de la prosperidad.
Otro trabajo suyo, y que es más relevante aún, es su libro “La virtud del egoísmo”.
Cuando hablo a la audiencia o escribo un libro como éste, es porque deseo que las personas entiendan una cosa muy simple, pero muy importante. No pueden ayudar a cualquier persona a menos que primero se hayan ayudado a sí mismos. O como el Reverendo Ike diría, la mejor cosa que puedes hacer por la gente pobre, es no ser uno de ellos!
No le sirve a Dios ni te sirve a tí. Si estás quebrado, enfermo, infeliz, o si tienes relaciones que no funcionan. Tienes que CREER que eres DIGNO DE PROSPERIDAD EN TODAS sus formas. Entonces, mientras camines por la senda espiritual de la conciencia, encontrarás que comienzas a manifestarla más y más cada día.
Y eso es lo que me lleva a mí a hacer lo que hago. Así que si te sacudí o te ofendí o te atemoricé con lo que escribo, por favor, fíjate porque pudo ser que te hayas sentido así. Y entérate de que estoy viniendo desde un lugar de amor, y deseando lo mejor para tí.
¡Quiero que seas sano, feliz y rico !
Randy Gage, www.randygage.com

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